jueves, 16 de febrero de 2012

Necrocosmos


NECROCOSMOS

Se tuercen las regulaciones ordinarias

me duermo en una piedra que camina

y me lleva sin frio a la calcinación

de un rubí.

Rueda hecha de triángulos

enlazados en todos los puntos de mi sinergia

donde existo en tensiones auriculares,

cada calabozo en su respectivo atardecer

un silencio por cada cuatro cornos.


Música sideral que me mece en sedas

todo brota ,ráfagas de láser perfumado

me deslizo en caracoles a la boca de un trombón

y su antimateria en fuga.


Luces que apagan mi cabeza

en la primer vuelta del carrete más pequeño,

y la distancia crece jalándome a la muerte

maromas en un volcán de negra nieve.


Veo el final en la mímica de un cuarzo

flujo de estrellas por sus penúltimos atajos

en los arcos se suicidan las bengalas

espectáculo de agonizantes luminarias.


Dardos de hielo estallan mi nucléolo

letales arpegios en mi biombo de azulejo

los canticos sombríos en mi sueño acorazado

y las pestañas mienten estar muertas.


Terminan los cortejos de mis lunas

apurado huye el polvo al exterior

y las cerezas se vuelven inflamables

y mi círculo desenreda cada una de sus boas.


Se obtura con rondanas mi híper-flor

muere de su centro regresando a su botón,

un oleaje hacia adentro de un ojo dilatado

lúgubres rasguños en un sonido azul.

Cuatrocientos vientos en un túnel.


La lámpara se factoriza al cero

se sacuden las cenizas en sus conejos,

el espejo resuena su destrucción

y el tiempo entona ayeres de mañana.


Mi extinción apresurada en su molécula

me esparzo hasta la quintaesencia de un ser mas grande

me retengo en un lapso de tiempo desacelerado

y mis estrellas se reúnen de nuevo

para implotar a lo absoluto.

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